Primero lo primero, ¿Qué es alegría?, ¿Qué es felicidad?, ¿Es lo mismo? Lamento muy poco, decirle que no. Bien, alegría, es un sentimiento ocasionado por una situación favorable o deseada, se exterioriza con sonrisas, mientras, la felicidad un estado de ánimo de quien se siente plenamente realizado.
Muchos, se ven sonriente, alegres, desde el amanecer hasta el ocaso, pero ¿Son realmente felices? es difícil decirlo. Sucesos que te alegren la vida, se encuentran a diario, pero sentirse feliz es más complicado. Desde que nacemos creemos buscar felicidad cuando en realidad anhelamos alegrías, un carro, una casa, un logro, una pareja, una amistad... Pero jamás nos detenemos a preguntarnos ¿Qué nos hace felices? ¿Todas esas alegrías nos darán felicidad? ¿Hasta cuándo perseguir alegrías? ¿Cuándo saldré al mundo en busca de la felicidad? Las alegrías acumulativas deberían regalar felicidad, pero el problema es que nos enfocamos tanto en las alegrías que nos faltan, que no le damos paso a la felicidad. La alegría diaria es agradable, pero no necesaria, puedo simplemente estar tranquilo, relajado, sin muchas alegrías pero sí, mucha felicidad.
La felicidad llega a tu vida cuando te das cuenta que las alegrías son pasajeras, que los momentos agradables son solo eso, momentos que duran pocos y se borran lentamente de los recuerdos. La felicidad arriba en tu alma, cuando dejas de disfrutar las alegrías por lo que son, y empiezas a disfrutar lo mucho que te acercan a la felicidad.
Felicidad, felicidad, felicidad, cuanto te anhelaba, te confundía con la alegría, que a diario disfrutaba, ya no quiero alegrías pasajeras, no quiero alegrías segmentadas, quiero una felicidad plena que me llene hasta el alma. Deje de ser alegre, para poder ser feliz, deje de sonreír a diario, para poder ser feliz, empece a pensar menos y a vivir más, para poder ser feliz, y así, cambié alegría, por felicidad.
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