Que triste eso de vivir solo por hacerlo, de vivir por una rutina, por un día, por un quince y un último, por llenar el espacio-tiempo, vivir, por llegar a morir de viejo. Vivir, por no estar muerto. Que tristeza vivir, solo por estar de paso, sin motivo, sin descanso. Duele preguntar y que no sepan responder, cuando indagas, acerca de por qué están bien, de por qué están vivos. Solía decir que nadie vive sin motivos, pero he coincidido en el campo de batalla, con peones, reyes y alfiles, que solo se mueven porque deben, por llegar al anochecer.
La vida sin motivo, es igual de vacía que la muerte, igual de sin sentido, que el sexo por placer, que bien que bonifica, pero poco satisface, tan lúgubre que mansión abandonada, tan sempiterno como la creatividad y la relatividad, tan rígida, tan vaga, tan mala.
No suelo ser experto, en casi ningún tema, mi costumbres me hacen ignorar, casi cualquier cosa, no por descuido, ni por desinterés, si no más bien, para no involucrarme demasiado, el norte fijo de la vida que he construido hasta hoy, no comulga con las buenas costumbres, ni los buenos deseos, ni mucho menos con las convenciones sociales, quizá, un detonante de la alienación de una versión de mi, que poco conozco, todo esto, para no afectar el destino que me he planeado, no digo, que tengo un punto fijo en el horizonte, que hace mover mis pies como bailarina de ballet, siguiendo la coreografía del cascanueces, no, al contrario, mi torso, poco flexible, baila al compás de una melodía rara, sin ritmo, mis extremidades superiores, ondean en el aire, sin relación alguna al movimiento de aquello que los une, lo que queda de mi cuerpo, intenta con sutileza y gracia, a penas caminar de frente, erguido, y así, voy disfrutando de paso, cada segundo, cada instante, es lo más cercano a un motivo de vida, que he podido alcanzar.
Así, pues, he vivido los últimos años, danzando a mi propio ritmo, buscando mi felicidad y sin detenerme a pensar, si me veo bien, moviendo el cuerpo en perfecta imitación de cachorro saltarín, con pulgas en el regazo, ni girando hacia atrás a ver si alguien me está observando. Es mi motivo de vida, disfrutar al máximo, ser feliz sin depender de nada, y darle importancia a lo que realmente importa, ¿Quién soy? y ¿Hacía dónde voy?.
¿Y tú?, te has detenido a pensar, ¿Por qué vives hoy?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario